Literatura Impresionista


El impresionismo literario fue iniciado en Francia por los hermanos Goncourt, quienes publicaron numerosas novelas de este tipo, y fundaron su famosa Revista en 1856. Octave Mirbeau es el mejor ejemplo de la novela impresionista del fin de siglo. La obra de Marcel Proust, por su constante tendencia a la evocación y la captación del mundo de los sentidos puede considerarse dentro de esta tendencia. Igualmente el teatro de Chejov, en el que la historia y las motivaciones de los personajes se van revelando fragmentariamente y la trama se divide en varias subtramas, ha sido considerado por algunos críticos dentro de este estilo.


El Impresionismo Literario, es una forma de expresión escrita que trata de desenmarañar la descripción del elemento escogido. Es decir, tiene un gran parecido con un diccionario, ya que busca la definición del elemento descrito, aunque en un sentido que depende totalmente del punto de vista del escritor observador y de la "impresión" que le produce al mismo el estado de las cosas vistas, escuchadas, olidas o tocadas al momento de ponerse a escribir.

Por supuesto que el diccionario da una idea mucho más exacta de las cosas, ya que es un texto hecho justamente buscando la exactitud de las definiciones. Éste no es el caso del Impresionismo Literario, que busca más la esencia de las cosas que el valor aparente de las mismas, tal como es un cuadro pintado en comparación con una cámara de fotos de última generación. La cámara registra exactamente lo que se ve a través de la lente; el cuadro, por el contrario, registra más lo que se siente que lo que se ve.

Al referirse a literatura impresionista los sentidos entran en contacto con la imaginación, ya que al hacer este tipo de literatura, es vital captar situación cargadas de fuerza emocional, y la impresión va a ser el canal de acceso a esto, impresiones como las oculares, las auditivas, las olfativas, las sensitivas, las emocionales, entre otras emociones.

Ejemplo de la literatura impresionista:
Puerto Madryn Cuatro (Puerta e interior de un cabaret, Invierno de 1986, 2.00 AM)
“La terminal se esconde tras el viento espeso y terroso, que comenzó a arrancar ramas, que ahora agonizan en la avenida y que esperan que las ráfagas más fuertes las acuesten finalmente en el mar cercano. La noche es de perros, sin embargo no se ve ninguno, salvo uno que está hurgando en una montaña de residuos desparramados en la esquina y que mira con miedo a esta noche devoradora de perros.

Afuera los árboles están en silencio; es para escuchar las repetidas conversaciones del cabaret, cuyas letras escritas en violeta en la pared blanca del frente hacen juego con las pinturas de labios.

Adentro, corre la sangre entre las venas y el alcohol en las gargantas, la música suena sin fin y tristes risotadas quiebran la cadencia de las ráfagas, que silban en el techo de chapa. Un par de medias corridas, reventando alrededor de piernas carnosas y exageradas, incitan a bailar a un parroquiano, que trastabilla por la necesaria falta de luz en el local, donde las mujeres transforman el aire frío de afuera en perfume tibio y sudor.

El perro, la bailarina, los árboles, las reidoras y los bebedores, están solos.”

3 comentarios:

Paivis dijo...

Excelente. Me encanta.

Unknown dijo...

Cuando fue el final del impresionismo literario?

Maru dijo...

Muy sencillo y claro cada concepto y definición. Gracias